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Vitamina D3 + K2 en la lactancia: cómo encontré el equilibrio que mi cuerpo necesitaba

Durante la lactancia mi cuerpo lo daba todo. Las noches eran cortas, los días largos y, aunque amaba cada momento con mi bebé, había algo que no lograba recuperar. No era solo cansancio. Sentía una falta de energía que no desaparecía con dormir un poco más.

En una consulta, mi especialista me habló de algo que hasta entonces no conocía: la vitamina D3 con K2. Fue ahí cuando entendí que mi cuerpo también necesitaba cuidados para seguir dando lo mejor de mí.

Lo que aprendí sobre la vitamina D3 y K2

Durante la lactancia, el cuerpo comparte gran parte de sus nutrientes con el bebé. Entre ellos, la vitamina D3 y la vitamina K2 cumplen un papel muy importante en el bienestar de ambos.

La vitamina D3 ayuda al cuerpo a absorber el calcio, lo que fortalece los huesos, los músculos y el sistema inmune. La vitamina K2, por su parte, guía ese calcio hacia donde realmente se necesita, ayudando a mantener el equilibrio interno.

D3 y K2 trabajan mejor juntas. Una abre la puerta y la otra muestra el camino.

Por qué son importantes en la lactancia

Dar pecho significa entregar energía, nutrientes y reservas internas todos los días. Tener niveles adecuados de vitamina D3 y K2 puede apoyar tu bienestar físico y emocional. No se trata solo de tener fuerza, sino de sentir estabilidad, vitalidad y calma.

Cuidar tus niveles de estos nutrientes también puede contribuir al desarrollo saludable de tu bebé, ya que parte de ellos se transmiten a través de la leche materna.

Cómo incorporarlas en tu día a día

Aprendí que el cuidado empieza con pasos simples:

  • Un poco de sol cada día. La vitamina D3 se produce naturalmente con la exposición solar.

  • Alimentación equilibrada. Incluir pescado, huevo, quesos fermentados o alimentos fortificados puede ayudar.

  • Suplementos cuando hace falta. En algunos casos pueden ser una ayuda, siempre con orientación profesional.

No se trata de hacer más, sino de darle a tu cuerpo lo que necesita para sostenerte.

Lo que cambió cuando empecé a cuidarme

Después de unas semanas, noté una diferencia. Mi energía no era la de antes de ser mamá, pero era una energía más estable, más tranquila. Empecé a sentirme fuerte de nuevo y comprendí que cuidarme no era un lujo, sino parte del amor que quería seguir dando.

Desde LACTANA

En Lactana acompañamos a las mamás con información clara y cercana. Sabemos que cada cuerpo es diferente y que el bienestar no se mide en perfección, sino en equilibrio.

La combinación de vitamina D3 y K2 puede ser una aliada en esta etapa, pero más importante aún es recordarte que tú también necesitas nutrirte.

Tu bienestar también alimenta.

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